Disfrutarte
a ti que eres fruta
que sabes y hueles y adornas como fruta.
Voy a disfrutarte
o tal vez a
desfrutarte
para que ya no seas fruta
para que tu rubor no sea el
del durazno
sino el de las mejillas sonrojadas
que tus ojos me miren
tiernamente
que tu dulzor tome otra vez
la forma de boca que sonríe mientras me habla
despacio
de cerca.
Dejarás de ser fruta
y seguro serás más bella
más fantástica.
Serás eterna.