Quedarte a dormir
Creo seriamente
que deberías
quedarte a dormir.
Por la mañana
abrir mis cortinas,
preparar mi café,
verme salir y esperar
junto a la puerta
hasta que regrese.
Si abrieras las cortinas
entenderías con tus ojos
mi manera de despertar;
verías esa luz y los colores
que te ponen cada vez
en mi primer pensamiento.
Me gusta despertar
con la mente en blanco,
y tomarme la libertad
de escogerte
como primer pensamiento.
Si te quedaras a dormir,
además de la libertad,
además de la libertad,
podría tomarte a ti
endulzada con café.
Si durmieras aquí
y prepararas mi café,
podrías aprovechar
y verter en mi taza
las preocupaciones
que anoche
no te dejaron dormir.
Yo las haría mías,
sólo por quitártelas
y después desecharlas.
Y si en la puerta me despidieras
para verme salir al frío,
podrías recibirme de nuevo
con un beso un minuto después.
Ya entonces,
con el diario en la mesa,
podría hacer el desayuno
y habría de qué charlar
al terminar.