Y es que a veces intento construirte con mis palabras una sala de estar donde te gustara entrar.
Entrar y estar, estar y entrar,
conmigo en nuestros ojos, en los tuyos y en los míos. Y de nuevo en los tuyos, más bellos y aún con brillo.
Con un silencio intento escucharte existir, para saber que existo e imaginar que puedo existir en ti.
En tus suspiros y secretos, en silencio.
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