Quisiera tener cómplices,
como lo absurdo
y como la música,
que improvisaran canciones
donde el ritmo surgiera
de tu nombre junto al mío.
Imagen: Chris R. Larson |
Les pagaría tragos
y llenaría sus copas,
para oír sus voces
trovando versos
y coplas de mentira.
Brindaría a su nombre
para escuchar el tuyo;
les daría monedas
para obtener consuelo;
y compraría engaños
vestidos de bohemia
que escondieran sus juicios
y fingieran amistad.
Entonces, ya amargos,
diríamos ser felices
y con guitarra en mano
te iría a convencer,
de que el amor
se da sencillo
cuando mi nombre
en tu sonrisa,
cuando mi sonrisa
en tu nombre.
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